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El futuro para el sector de la comida congelada se muestra prometedor, en una sociedad que ha visto reducido el número de miembros en los hogares, en la que cada vez hay menos tiempo (o voluntad) para cocinar y que está asociado, en parte, a la incorporación de la mujer al mercado laboral; o simplemente de planes cambiantes de un momento para otro.

Juanjo Berlanga, presidente de la empresa madrileña Bormarket, lo sabe muy bien. De ahí que su intención sea la de cambiar la percepción negativa que predomina en este tipo de comida.
La forma de entrar en el sector, en el que Berlanga es ya todo un veterano, no fue bajo las condiciones más deseables: “Estaba en paro. Hice la carrera de Económicas en el País Vasco y terminé en 1986. Después, estuve un año haciendo auditorías en México y, cuando volví, sufrí el primer baño de realidad”.

Al vivir en Bilbao y ser el año de entrada en la Comunidad Económica Europea, Berlanga presenció cómo toda la industria pesada cerraba en el País Vasco. La de 1986 fue la primera crisis que el propietario de Bormarket sufrió; y la segunda, la de 1992.

Congelados a la conquista del paladar exigente

BORMARKETJuanjo Berlanga, el presidente de Bormarket.

“También me quedé en el paro, pero porque me fui de la compañía en la que trabajaba como director. Era una empresa rara, hubo peleas con los accionistas y yo estaba en el bando perdedor”.

La oportunidad llegó cuando, estando aún desempleado, un proveedor holandés de pescado y otro francés de pollo contactaron con Berlanga y sus futuros socios fundadores, Íñigo Ortega y Antonio Roldán, para distribuir dichos productos en España. “Mejor que estar en paro es intentar algo e ir viendo cómo funciona”, expresa.

Poco a poco, con el paso del tiempo, fueron afianzándose en su posición, hasta que en el año 2000 los tres fundan la empresa. El objetivo de la compañía es posicionar una marca de congelados. “Inicialmente, con la carne nos parecía más fácil que con el pescado, porque queremos suministrar a los hogares congelados de alta calidad”.

Esa es la palabra clave para Bormarket, calidad. El mantra que se repite una y otra vez es el de ofrecer carne con un 100% de contenido cárnico, sin ningún tipo de aditivos o conservantes.
“Desde Bormarket apostamos sobre todo por la excelencia de nuestros productos. Aunque nos obligue a subir los precios, vamos a centrarnos en productos elaborados para un segmento medio alto de prestaciones”, señala Berlanga.

Sus productos no llevan aditivos, porque los conservan siempre a menos de cero grados

La elección de esa línea de negocio está justificada, porque, en su opinión, hace falta alguien que se interese más por la calidad. “La mayoría de las empresas de lo que se preocupan es del precio. Además, con el precio siempre hay algún listo que llega y lo baja cinco céntimos más”, insiste.

The Frozen Butcher, el producto estrella

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Caja de The Frozen Burguer. / (Bormarket)

En la actualidad, los productos de The Frozen Butcher se pueden adquirir en los supermercados de El Corte Inglés y Sánchez Romero en Madrid. En el País Vasco se pueden comprar en cualquier Eroski, mientras que en Andalucía y Extremadura, en los supermercados Sola-Ricca.

Bormarket planea en breve llevar sus productos por toda la geografía española, en función de cómo respondan los proyectos actuales y, para ello, aseguran estar trabajando en varios acuerdos con las cadenas de distribución. Entre los planes también se incluye la creación de un food service de hamburguesas y nuggets vegetarianos.

En cuanto a la venta en supermercados, la compañía estudia incorporar la comida preparada de la mano de la preparación en carpacho. Según Berlanga, “es muy complicado de hacer en fresco y muy fácil en congelado, que es como debería de comerse”, opina.

Asimismo, lanzará una nueva línea de productos elaborados denominada Barbacue Evolution. “La gente no quiere cocinar ya, a menos que sean cocinillas”, afirma tajante Berlanga, convencido del futuro prometedor de su negocio en los próximos años.

En el marco de ofrecer ese cambio de tendencia en el sector de la alimentación bajo cero, la compañía prepara su asalto a los supermercados a través de su línea The Frozen Butcher. En principio, se han centrado en ofrecer exclusivamente carne de hamburguesa en las grandes superficies.

Berlanga es consciente de que su mayor enemigo para conseguirlo es la percepción negativa de los consumidores respecto de la calidad y sus efectos en la salud: “¡Claro que es saludable cuando está bien congelado y se respeta la cadena de frío! Además, con la congelación rápida no se rompen las células del producto ni se pierden sus cualidades ni tampoco su sabor”, argumenta.

“La gente tiene derecho a saber lo que come”, considera Berlanga

La comida conservada de esta forma no necesita conservantes. Aun así, hay algunas compañías que añaden a sus productos conservadores artificiales. “Nosotros producimos siempre a menos de cero grados y, por lo tanto, no necesitamos ningún tipo de aditivo. Algunas hamburguesas de la competencia, que no tienen nuestra tecnología, funcionan durante la producción congelando y descongelando y añaden conservantes”, indica Berlanga.

Bormarket advierte, además, no solo del proceso que siguen sus competidores, sino del producto que venden: “La competencia quiere bajar el precio y, si lo hace, le agregan a la carne otras cosas. Esto no lo digo yo, lo dice la etiqueta. En el fresco puedes comprar hamburguesas muy baratas, luego miras la composición y verás un contenido cárnico del 60%, pregúntate qué lleva el otro 40%”.

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